viernes, 10 de abril de 2009

Poesía Lírica

Predominio de los sentimientos:
los románticos descubren en sus obras sus propios sentimientos,

de ahí que se hable de la exaltación del yo, del intimismo como rasgo fundamental. Los poetas
darán salida a sus pretensiones, cantarán en voz alta sus esperanzas y desengaños amorosos, sus
ideales de libertad, proclamarán el dolor de vivir... Las obras reflejan un yo exaltado pero
desarmonizado, pues los románticos se definen en un conflicto perpetuo de contrarios: buscan un
ideal -femenino o de libertad, por ejemplo-, pero no llegan a alcanzarlo, vuelven entonces a la
realidad de la que querían huir -la vida (el tiempo), la sociedad (los demás), los ámbitos (el
espacio)- y caen en el desengaño, lo que les aboca indefectiblemente al llanto por su amargo
destino.


Los temas de la poesía abordan variados asuntos, que vienen a ser similares a los del
Romanticismo europeo:
la tristeza, el amor, el desengaño, la melancolía, el dolorido sentir frente

a la realidad cruel que conducen a la rebeldía o al hastío.


La naturaleza adquiere gran relevancia. El paisaje se pone en relación con los sentimientos, con
los diferentes estados del alma del yo, es decir, el sentimiento se funde con el espacio, reflejando
la desesperación del poeta (ya no es un simple decorado o marco, como ocurría con el tópico del
locus amoenus, sino que viene a expresar su tristeza, lamento, soledad, pena, vacío, etc.). Por ello,
predomina, junto al paisaje tétrico de los cementerios y las ruinas, una naturaleza abrupta de montes,
riscos y abismos, una naturaleza salvaje, tormentosa, de mares bravíos; de ambientes otoñales,
siempre proclives a la melancolía.

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